En un país lejano muy bonito que parecía sacado de uno de los mejores cuentos de hadas, la mayor parte del tiempo siempre nevaba, es por eso que un manto blanco envolvía sus montañas, valles y bosques que estaban habitados por arboles tan ancianos que podían contar la historia del mundo, ese manto también acaricia los helados lagos que mas bien parecen espejos donde las nubes se miraban todas coquetas y cubre las pequeñas casitas de madera.
En una de esas casitas habita un ermitaño, disfrutando mucho de su entorno, en un rincón de la casita descansa plácidamente una guitarra, y en los muchos rincones mas de la casa también descansan plácidamente sus mágicos gatos, tan mágicos como sus nombres, Taimi, Kaleba, Ukko...., ellos le rodean cuando el ermitaño en sus ratos libres se pone a tocar la guitarra, un día en que estaba acariciando la guitarra sacandole unas notas muy bonitas, creyó ver una figura pero cuando quiso prestar mas atención ya no había nada, así le sucedió varias veces, lo que le extrañaba y mucho que cuando eso sucedía los gatos no hiciesen nada, se quedaban mirando pero quietos, el ermitaño hablando con los gatos les dijo que se estaba haciendo viejo y que ya veía apariciones.
Una noche en que el ermitaño estaba junto a la chimenea, estaba tocando una bonita melodía rodeado de su publico gatuno, noto que en un rincón había una persona, en un principio se asusto, pero luego vio que sus amigos gatunos seguían como siempre y eso quería decir que no era nada malo, se quedo todo en silencio, hasta que del rincón salio poquito a poco una figura, una figura que cuando le dio la luz de la chimenea el ermitaño se quedo prendado de ella, era un hada preciosa con una sonrisa muy bonita y contagiosa, su mirada parecía que salían estrellitas de sus ojos de lo que le brillaba, su cabello negro como la noche, se fue acercando al ermitaño poco a poco no creyéndose este lo que estaba viendo.
- Hola Orthos, le dijo con su suave voz el hada al ermitaño, que le gusto mucho oír su nombre después de mucho tiempo sin que nadie se lo dijera.
- Hola hada, no tengo la suerte de saber tu nombre como tu el mio, pero aunque no tuvieses nombre ya me tienes encantado.
- Mi nombre es Tarja y me ha sido asignado proteger esta parte del bosque y todo lo que esta dentro de el, vosotros incluidos le dijo el hada sonriendo.
- Encantado de conocerte amiga Tarja y de que nos protejas, por si no te has dado cuenta estas en tu casa.
- Gracias Orthos, no te digo que no, pero ya sabes que el bosque es grande y debo protegerlo, pero mas de un día aquí me tendrás.
El tiempo fue pasando y las visitas cada vez se hacían mas asiduas, Orthos estaba que no cabía en si de felicidad, aunque cada vez que el hada Tarja se iba se le hacían mas largas esas ausencias, lo mismo que le pasaba al hada, se dieron cuenta que no podían estar mucho tiempo separados y que el amor había nacido entre ellos, eran almas gemelas y se necesitaban mucho el uno como al otro, pero había un impedimento muy grande y era que ella al ser hada no podía convivir con un humano y si lo hacia tenia que dejar de tener sus poderes como hada.
El hada Tarja lo hablo con sus superiores y estos no estaban de acuerdo, le pusieron muchos impedimentos, muchas pruebas a superar, hasta que perdió toda esperanza, el tiempo fue pasando y el ermitaño Orthos no sabia nada de su hada, estaba desesperado por no saber donde acudir ni que hacer, una noche sentado al calor de la chimenea y rodeado de sus gatos trataba de tocar alguna melodía con su guitarra, era tan triste esa melodía que le brotaron algunas lagrimas, en eso noto una suave brisa y miro al rincón de la primera vez y allí estaba, su hada, su hada querida pero había algo distinto en ella, se abrazaron y besaron como locos de la alegría que sintieron, en eso Othos se dio cuenta y le dijo:
- Tus alas...
- Mis alas a cambio de este amor que te tengo.
- Eso quiere decir que si te quedas conmigo?
- Claro si tu me quieres a mi...
- Tu eres mi vida amor... se abrazaron y todos se pusieron a bailar, su felicidad duro hasta la eternidad.
- Ehhhh un momento vale?, que aquí la pequeña saltamontes quiere decir algo, ejemmmmm
Hyvää syntymäpäivää ystävä!!
Pili F.