domingo, 28 de octubre de 2012

El Manzano Generoso.



Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas.
Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él.
Trepaba el árbol hasta la copa, que le daba sombra.
Él amaba al árbol y el árbol amaba al niño.
Pasó el tiempo, y el pequeño niño creció y nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol.
Un día, sin embargo, el muchacho regresó y escuchó cómo aquel manzano le preguntaba con tristeza:

–¿Vienes a jugar conmigo?
Pero él contestó:
–Ya no soy el niño de antes que se divertía contigo. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos.
–Lo siento –dijo el árbol–, pero no tengo dinero… Te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera obtendrás el dinero que necesitas para comprar tus juguetes.


El muchacho se sintió muy afortunado.
Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero, y el árbol recobró su felicidad.
Pero resultó que su querido amigo no volvió en mucho tiempo…
Cuando aquel muchacho regresó, se había convertido ya en todo un hombre.
El manzano, todavía expectante, le preguntó:
-¿Vienes a jugar conmigo?
–No tengo tiempo para jugar –respondió él–. Debo trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa y con mis hijos. ¿Puedes ayudarme?.
–Lo siento, pero no tengo una casa. Sólo se me ocurre que puedes cortar mis ramas y usarlas para construir la tuya.
Y el joven cortó todas las ramas del árbol, volviendo a desaparecer por muchos años, y dejando al árbol triste y solo.

Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el manzano recuperó la sonrisa.
–¿Vienes a jugar conmigo?– le preguntó.
Pero el hombre contestó:
–Estoy triste: me estoy haciendo mayor. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?.
–Usa mi tronco para construir uno. Así podrás navegar y ser feliz –respondió el árbol.
El hombre cortó el tronco y construyó su bote.
Luego se fue a navegar por un largo tiempo.


Finalmente, regresó después de muchos años.

El manzano, adelantándose a los acontecimientos, le aclaró:
–Lo siento mucho, pero no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.
Pero el hombre replicó:
–Ya no tengo dientes para morder ni fuerza para escalar… Porque ahora yo también soy un viejo.
Entonces, el árbol, con lágrimas en sus ojos le dijo:
–Realmente no puedo darte nada, a excepción de mis raíces muertas.
Y el hombre contestó:
–Yo no necesito mucho ahora; tan solo un lugar para reposar tras años y años de trabajo.
–Bueno… las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y goza de los placeres de la naturaleza.
El hombre se sentó junto al manzano, y éste, tan desnudo de madera, hojas y frutos como feliz y pleno, sonrió con lágrimas…


Ésta puede ser la historia de cada uno de nosotros.
El árbol son nuestros padres, con quienes tanto compartimos de pequeños… pero a los que tan de lado dejamos según vamos creciendo.
Parece a veces que sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas.
Y allí los encontramos siempre, dispuestos a sacrificarse y a darnos todo con tal de vernos felices.
Se podría pensar que el muchacho es cruel con el manzano, pero… ¿no tratamos tantas y tantas veces así a nuestros padres?.
Valorémoslos, querámoslos, mimémoslos… mientras los tengamos a nuestro lado.
Si ya no están, que la llama de su amor arda por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé fuerza cuando más cansado te sientas.


Autor: Frederic Solergibert.






jueves, 25 de octubre de 2012

El Sueño.


Hola a todos, bueno siguiendo los pasos del reto que se esta haciendo en el blog de nuestros amigos Acompáñame: http://podemos-juntos.blogspot.com.es/ ,  me han "liado" para que haga un relato, ya sabéis que yo no soy de escribir asique que os pillen confesaos al leerlo:), me he permitido "copiar" a nuestro mago y al maestro en poner un vídeo acompañando el relato, asique cuando empecéis a leer ponéis en marcha el vídeo, pero lo veis cuando terminéis de leer que si no os despistáis:)

"Reto 2: Un relato terrorífico"




El Sueño.


Era una deprimente noche de invierno. De pronto, un grito desgarrador rompió el silencio. Ana se despertó sobresaltada. La pesadilla le había provocado fuertes escalofríos. Se incorporó en la cama, sintiendo como el corazón se le escapaba del pecho y con la respiración agitada. Notó que un sudor frío le perlaba la frente. ¿Aquel grito había salido de su garganta? ¿O sólo formaba parte de la terrorífica pesadilla? No estaba segura, sólo tenía la certeza del miedo que la atenazaba.

Se levantó  y se vio reflejada en el espejo del armario. Tenía muy mal aspecto porque llevaba varios días sufriendo la maldita fiebre. En el baño, se lavó la cara. Ahogó una exclamación al notar que el agua estaba tan fría como el hielo. Salió del cuarto con intención de regresar a la cama. El corazón latía ya a una velocidad acompasada. Al dar el primer paso, sintió que  el suelo la absorbía como lo harían arenas movedizas. Luchó con todas sus fuerzas tratando de liberarse, pero con cada movimiento su cuerpo se hundía más y más.  La alfombra la había engullido ya hasta la cintura. Tenía la sensación de que  miles de alfileres se clavaban en sus piernas. El dolor era insoportable. Aún así, consiguió reunir las pocas fuerzas que le quedaban e impulsarse hacia el exterior.  Gritó cuando el dolor la sacudió. Era un grito desgarrador…

… y en ese momento despertó.





domingo, 21 de octubre de 2012

Monólogo de la lluvia



¿Habéis visto la lluvia?. Esta lluvia de madrugada que ha colgado sus lágrimas en el perchero gris de la sombra de los juncos. ¿No la habéis visto?. ¿Pero si está cuajada en las horas de vuestros párpados sedientos?. ¡Es imposible que no la hayáis visto!. Ha llegado así, de repente, con la tristeza del niño acurrucado bajo el mantón de la abuela. Ha sido una lluvia de pequeños llantos colgados, como la rama del almendro que está ahora sollozando por la larga espera. ¿De verdad que no la habéis visto?. Ha sido una lluvia de mandrágoras saladas surgiendo de un vaporoso lagar de mares en tinieblas.

Pero bien. ¡Tenéis que haberla visto!. Una lluvia de cristales agudos erizando sus aristas en el corazón de la madrugada, con los gorriones dormidos en medio de las callejuelas en donde hay sapos croando al cloquetear de las viejas sandalias del pescador. ¿Es verdad que no la habéis visto?. Ha sido la lluvia del desamparado perro dálmata, blanco y negro como la noche de los pecados inocentes del sarmiento. Sí. Ese sarmiento empeñado en sacar a la luz su inerte sonrisa.


¡Tenéis que haberla visto!. ¡Seguro que habéis visto esta lluvia calando los huesos del camposanto de la sementera!. Aquí. Aquí mismo. Bajo las buhardillas del desamparo yo he visto cómo se han mojado todas las sonrisas del desdentado y viejo borracho empeñado en beber las lágrimas del viento. ¡Y cómo chorreaban los bordillos de las aceras!. ¿No habéis visto cómo chorreaban los bordillos de las aceras?. Quizás porque estábais abstraídos en observar los railotes del tejadillo de las iglesias. Claro. Pero de tanto llorar las campanas no habéis podido escuchar el llanto del recién nacido. Sí. Ha nacido hoy, bajo la lluvia, el infantil recuerdo de una melancolía colgada del aguacero de la madrugada.

¡Estoy seguro de que habéis oído la lluvia!. ¿Por qué os da miedo o temor o resquemor reconocer que habéis oído a esta lluvia pedir licencia para morir de hambre?. No. No es posible no haberla oído. Esta madrugada la lluvia ha sido más huracán, más tormenta, más espanto que nunca… y las mujeres del burdel se han quedado solas, llorando por el niño perdido en la barahúnda de los jardines del sueño de su madre. Ha sido una lluvia de ceniza clavada en el ras del suelo. Sí. En el ras del suelo de los que carecen de todo excepto de nostalgia.


¿De verdad que no la habéis visto?. ¿De verdad que no la habéis oído?. ¡Pero si ha sido una lluvia tan poderosa como el terror de la propia muerte!. El niño se ha ido a llorar a la otra esquina, la de las paredes sucias envueltas en la bruma de los vencidos. Y yo aquí. Observando tras los cristales de la funámbula silueta una especie de lluvia ácida como el jugo de los limoneros. Sí. Los limoneros que han parido al niño bajo la yerma sequedad de sus guedejas. ¿Qué de qué guedejas hablo?. De las guedejas de una madre en donde se ha terminado de sacudirse el sueño soñado de lo inerte..

¿Es posible que no la hayáis visto?. Ha sido una lluvia de parto con dolor, de muerte hacinada bajo las sombras del enebro. ¿Es que no habéis oído el llanto del niño?. Lo que debe suceder es que acaso los acentos del viento no os han dejado escuchar o discernir. Pero yo os doy mi palabra de que ha sido una lluvia de temblores y de fríos. Que ella se ha quedado tan lejana como la última estrella del alborear y que el niño aún está ahí, desmadejando su sueño entre las telarañas de la inexistencia. La madre ha muerto llorando por la lluvia y el niño llora porque la lluvia le moja la vida.


Autor: Diesel.





viernes, 19 de octubre de 2012

Día Mundial contra el cáncer de mama.



El cáncer de mama, una batalla que ganan más del 80% de las afectadas.

Este viernes se celebra el Día Mundial contra el cáncer de mama bajo el lema "Súmate al rosa". Así, para sumarse al acto, varios edificios de Barcelona se han vestido de rosa.

El presidente de AECC ha destacado, durante la presentación de una campaña de sensibilización para prevenir el cáncer de mama, la importancia de informarse de la enfermedad y para ello puso objeciones a que la búsqueda de información se realice en internet por los peligros que conlleva aplicar remedios que en realidad no lo son.

Por su parte, el jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Canarias, Norberto Batista, insistió en que el diagnóstico precoz es la herramienta más importante que hay para luchar contra el cáncer de mama. Norberto Batista explicó que el 30 por ciento de las mujeres no acuden a la llamada para hacer una mamografía a partir de los 45 o 50 años, y atribuyó ese hecho al miedo.

No es el caso de Adriana, quién estando embarazada le diagnosticaron un tumor maligno. "Nunca pensé en abortar", asegura la ahora mamá. En el hospital Vall d' Hebrón le dieron la oportunidad de no tener que renunciar al bebé.

Su embarazo, al igual que a otras 23 mujeres, ha sido vigilado semanalmente por oncólogos, expertos en medicina fetal, cirujanos y radiólogos. Aunque la mayoría de  esos embarazos han necesitado quimioterapia, los resultados han sido satisfactorios.

La mamografía permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que se hagan palpables, y si el tumor se diagnostica antes de que sea invasivo las posibilidades de curación son prácticamente del cien por ciento, explica la Asociación Española Contra el Cáncer.

El de mama es el cáncer más frecuente en la mujer, con una incidencia anual de 22.000 casos en España, y aproximadamente una de cada ocho mujeres presentará esta enfermedad en su vida. La supervivencia por cáncer de mama ha aumentado y la supervivencia a los cinco años del diagnóstico es del 82,8 por ciento en España, por encima de la media europea.





jueves, 18 de octubre de 2012

Christel Assante.


Hola amigos, hoy os quiero hablar de una artista cuyo trabajo es esculpir en las cascaras de los huevos, si lo que leéis  ella es Chistel Assante, nacida y criada en Francia, creció sin educación artística solo lo que aprendió en la escuela normal. Lo que si le gustaba mucho dibujar y no sabe como fue el meterse en el arte de esculpir en las cascaras de los huevos, donde lleva trabajando mas de 8 años, cada vez con mas creatividad y mejor presentación.


















En su trabajo usa huevos de Emu, Avestruz, Ñandú  Ganso, Faisán  Codorniz, etc, pero para su arte prefiere los de Ñandú  porque son mas gruesos y dan mas posibilidades, pero son muy difíciles de encontrar. Sus herramientas de trabajo son, cuchillos, vinagre y un mini taladro con una broca de diamante recubierto.




Llega a invertir mas de 50 horas de trabajo en cada huevo, ya que debe tener mucho cuidado por lo frágil de las cascara y se pueden agrietar fácilmente, o romperse a la mínima y echar a perder todo el trabajo.







































De los trabajos que suele realizar, la figura del dragón es su preferido por el nivel de detalles que tiene y la paciencia que debe tener en su elaboración.




















































Bueno pues hasta aquí parte de la obra de esta artista tan original, espero que os haya gustado:)


domingo, 14 de octubre de 2012

El Atardecer de la Vida.



El sol se despedía del Imperio Tré. El vasallo caminaba junto a la anciana del molino amarillo. Iban conversando sobre la vida.

- ¿Qué cosa es lo que más te gusta de la vida, anciana?

La viejecilla del molino amarillo se entretenía en lanzar los ojos hacia el ocaso.

-Los atardeceres - respondió.

El vasallo preguntó, confundido:


-¿No te gustan más los amaneceres? Mira que no he visto cosa más hermosa que el nacimiento del sol allá, detrás de las verdes colinas de Tré.

Y reafirmándose, exclamó:

-¿Sabes? Yo prefiero los amaneceres.
La anciana dejó sobre el piso la canastilla de espigas que sus arrugadas manos llevaban. Dirigiéndose hacia el vasallo, con tono de voz dulce y conciliador, dijo:

-Los amaneceres son bellos, sí. Pero las puestas de sol me dicen más.


Son momentos en los que me gusta reflexionar y pensar mucho. Son momentos que me dicen cosas de mí misma.

-¿Cosas? ¿De ti misma...? - inquirió el vasallo. No sabía a qué se refería la viejecilla con aquella frase.
Antes de cerrar la puerta del molino amarillo, la anciana añadió:

-Claro. La vida es como un amanecer para los jóvenes como tú. Para los ancianos, como yo, es un bello atardecer. Lo que al inicio es precioso, al final llega a ser plenamente hermoso. Por eso prefiero los atardeceres....


-¡mira! La anciana apuntó con su mano hacia el horizonte. El sol se ocultó y un cálido color rosado se extendió por todo el cielo del Imperio Tré.

El vasallo guardó silencio. Quedó absorto ante tanta belleza.

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado "historia", coloreé con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.


Autor: desconocido.
Imagenes de la Red.













jueves, 11 de octubre de 2012

En el Seminario.



Es el día del examen final en el seminario. El padre superior le echa un discurso a los seminaristas que van a graduarse:

- "Hijos míos: cansados ya como estamos de tantos escándalos en los que los nuevos sacerdotes se ven envueltos, hemos decidido hacerles un examen especial, para probar su resistencia hacia las tentaciones de la carne. Para empezar, desnúdense."

- "El padre Humberto va a pasar entre ustedes con unas campanillas. Tome cada uno de ustedes una de ellas, y átenlas al pene."

Una vez preparados los seminaristas, entra al salón una bailarina de baile árabe  vestida en forma muy sugerente. Inmediatamente empiezan a sonar las campanillas de la mitad de los seminaristas: "¡Tilín, tilín, tilín!"


El padre superior les ordena salir del salón diciéndoles:

- "Hijos míos, lo siento pero ustedes no están preparados todavía para salir al mundo.


Que continúe la prueba." La bailarina empieza a hacer su show. Cuando se va quitando velos del vestido: "¡Tilín,tilín, tilín!" se oyen las campanillas de la mitad de los que quedan, estos son retirados del salón.

La bailarina continúa. Cuando se quita el brassiere, "¡Tilín, tilín, tilín!" suenan casi todas las campanillas.

Se retiran los "campaneros"... y sólo quedan tres seminaristas todavía en el salón... pero no por mucho tiempo.

Cuando la bailarina sigue quitándose mas velos, dos campanillas suenan:  "¡Tilín, tilín, tilín!"

Queda un seminarista, imperturbable. A una señal del padre superior, la bailarina se le acerca, y lo acaricia, silencio absoluto, se le sienta encima.

Silencio.


- "¡Basta!" Dice el padre superior.

- "Hijo mío: tu has sido el único de tu generación en haber superado tan difícil prueba. Estás listo para salir al mundo. Dame un abrazo de despedida....

"¡Tilín, tilín, tilín, tilín, tilín!"




Autor: Desconocido.










lunes, 8 de octubre de 2012

Leyenda del Roble Albar.


Esta entrada se la dedico a una persona que siempre nos dice que cuando veamos un árbol  vayamos por un bosque, que abracemos a los arboles, cerremos los ojos y que sentiremos todo lo que ellos nos dicen, esto es para esta persona ya que ella hace lo mismo que el señor de la leyenda, escucha y sabe hablar con los arboles y plantas, esto es para ti mago:)


Un día, hace no mucho tiempo, un hombre que se apoyaba contra un roble albar, en un viejo parque de Surray, escuchó lo que el árbol pensaba. Eran sonidos muy curiosos, pero los árboles piensan, como se sabe, y algunas personas pueden entender lo que estos piensan.

Este viejo roble, y era un roble muy viejo, se decía para sí:

-”Cómo envidio a las vacas del prado que pueden andar por todo el campo, y aquí estoy yo. Todo alrededor de mí es tan hermoso y maravilloso, los rayos del sol y la brisa y la lluvia… Y sin embargo estoy enraizado en este lugar.”

Y años más tarde, el hombre descubrió que en las flores del roble albar había un gran poder, el poder de curar a mucha gente enferma, y de éste modo recolectó las flores del roble y las convirtió en medicina. Y muchísimas personas fueron curadas y volvieron a sentirse bien.


Algún tiempo después de ésto, en una calurosa tarde de verano, el hombre estaba reclinado al borde de un campo de trigo, muy próximo al sueño, y escuchó a un árbol pensar, y algunas personas pueden oír el pensamiento de los árboles. Y el árbol hablaba consigo mismo muy sosegadamente y decía:

-”Ya no envidio a las vacas que andan por los prados, ahora puedo ir a los cuatro puntos cardinales y curar a los enfermos.”

Y el hombre miró hacia arriba y descubrió que era un roble albar el que estaba pensando.







viernes, 5 de octubre de 2012

El Dueño de la Luz ( Leyenda )




En un principio la gente vivía en la oscuridad. Los warao buscaban alimento en tinieblas y sólo se alumbraban con candela que sacaban de la madera. En ese entonces, no existía el día ni la noche.
Un hombre que tenía dos hijas supo un día que había un joven dueño de la luz. Llamó entonces a su hija mayor y le dijo:
-Ve donde está el joven dueño de la luz y me la traes.
Ella tomó su mapire y partió. Pero encontró muchos caminos por donde ir, y tomó el que la llevó a la casa del venado. Allí conoció al venado y se entretuvo jugando con él.
Luego regresó donde su padre, pero no traía la luz. Entonces el padre resolvió enviar a la hija menor:

-Ve donde está el joven dueño de la luz y me la traes.
La muchacha tomó el buen camino y después de mucho andar, llegó a la casa del dueño de la luz.
Vengo a conocerte -le dijo, a estar contigo y a obtener la luz para mi padre.
Y el dueño de la luz le contestó:
-Te esperaba. Ahora que llegaste, vivirás conmigo.
El joven tomó una cajita hecha de juncos, que tenía a su lado, y con mucho cuidado, la abrió. La luz iluminó sus brazos y sus dientes blancos. Y también el pelo y los ojos negros de la muchacha.
Así, ella descubrió la luz, y el joven, después de mostrársela, la guardó.
Todos los días, el dueño de la luz la sacaba de su caja y hacía la claridad para divertirse con la muchacha.

Así pasó el tiempo. Jugaban con la luz y se divertían. Por fin, la muchacha recordó que tenía que volver con su padre y llevarle la luz que había venido a buscar.
El dueño de la luz, que ya era su amigo, se la regaló:
-Toma la luz. Así podrás verlo todo.
La muchacha regresó donde su padre y le entregó la luz encerrada en el torotoro. El padre tomó la caja, la abrió y la colgó en uno de los troncos que sostenían el palafito. Los rayos de luz iluminaron el agua del río, las hojas de los mangles y los frutos del merey.
Al saberse en los distintos pueblos del Delta del Orinoco que existía una familia que tenía la luz, comenzaron a venir los warao a conocerla. Llegaron en sus curiaras desde el caño Araguabisi, del caño Mánamo y del caño Amacuro. Curiaras y más curiaras llenas de gente y más gente.
Llegó un momento en que el palafito no podía ya soportar el peso de tanta gente maravillada con la luz. Y nadie se marchaba porque no querían seguir viviendo a oscuras, porque con la claridad la vida era más agradable.

Por fin, el padre de las muchachas no pudo soportar más a tanta gente dentro y fuera de su casa.
-Voy a acabar con esto -dijo- Si todos quieren la luz, allá va.
`Y de un fuerte manotazo, rompió la caja y lanzó la luz al cielo. El cuerpo de la luz voló hacia el Este y la caja hacia el Oeste. Del cuerpo de la luz se hizo el sol. Y de la caja de juncos en que la guardaban, surgió la luna.
De un lado quedó el sol y del otro, la luna.
Pero como todavía llevaban la fuerza del brazo que los había lanzado, el sol y la luna marchaban muy rápido. El día y la noche eran muy cortos, y amanecía y oscurecía a cada rato.

Entonces el padre le dijo a su hija menor:
-Tráeme una pequeña tortuguita.
Y cuando la tuvo en sus manos, esperó a que el sol estuviera sobre su cabeza y se lo lanzó, diciéndole:
- Toma esta tortuguita. Es tuya, te la regalo. Espérala antes de dejar pasar a la luna. Desde ese momento, el sol se puso a esperar a la tortuga. Y al otro día, cuando amaneció, el sol iba poco a poco, como la tortuguita, como anda hoy en día, alumbrando hasta que llega la noche en compañía de su amiga la luna.